Mi sensación de bienestar es directamente proporcional al tiempo que me dedico para la práctica de prestar atención, pausar, darme la oportunidad de sentir e identificar cómo me siento y qué necesito. De esa forma puedo tomar acciones (más) coherentes hacia mi bienestar (que se ve muy diferente a lo que se veía en mis 20's y 30's y hasta hace dos a˜˜ños atrás)
Pausar puede ser algo muy fácil y difícil a la vez, pero/y siento que en la pausa están las respuestas. Conectar con nuestro espacio de calma puede ser difícil al principio por ello está bueno que sea simple y de a poco.
Algunos tips para hacer esta práctica accesible
En el “no hacer” nuestro cuerpo empieza a derretir tensiones, nuestro sistema nervioso central cambia su forma de operar de “pelear o correr” (hacer) a “descansar y digerir” (ser). Los dos son valiosos y necesarios, pero en mi experiencia este proceso de investigación interna nos puede ayudar a conectar de forma simple y efectiva con nuestra sabiduría interna, que tiene todas las respuestas para nosotres.
¿Te animas a pausar entonces y regalarte unos minutos de “ser y no hacer”?
Y nos recuerdo que no hay una formula perfecta ni una receta instantánea. El recorrido está lleno de sorpresas y obstáculos. Solo que al prestar atención podemos accionar con más conciencia, suavidad y creatividad.
Y si quieres experimentar más de esto te invito a probar mis clases en línea “Calmayoga” en donde practicamos esto mismo.